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Consolidación de los Estados Unidos
Estados Unidos de América es una potencia mundial, y la nación más poderosa del mundo actual. Esto es producto de un largo proceso histórico.
En el siglo XVIII, cuando llegaron a Norteamérica las ideas del derecho de los hombres a la libertad y de los pueblos a su soberanía, las trece colonias inglesas que originalmente poblaban ese territorio sólo ocupaban una franja estrecha situada en el litoral del océano Atlántico. Lograron su independencia en 1776 y algunos años más tarde, en 1787, el presidente estadounidense James Monroe (1758-1831) presentó ante el Congreso de su país la doctrina Monroe, que muchos resumieron en la frase "América para los americanos", cuyo principal propósito consistía en que ningún país europeo interviniera económica o políticamente en las naciones americanas, a cambio de que Estados Unidos no hiciera lo mismo en Europa. Aparentemente Estados Unidos asumía el papel de "protector" de los países latinoamericanos, pero su intención era que éstos quedaran bajo su influencia, es decir, bajo su dominio político y económico para obtener materias primas y mercados. Además, algunos estadounidenses puritanos (seguidores del calvinismo en Inglaterra y luego en Norteamérica) creían que su destino era llevar su religión a toda América. Esta creencia religiosa derivó en creencia política e hizo pensar a algunos que su destino era llevar y defender la democracia y la libertad a todos los pueblos americanos. Así surgió la política llamada "destino manifiesto", con la que los gobernantes estadounidenses se sintieron con derecho y obligación de intervenir en los países latinoamericanos en beneficio de sus propios intereses. En la segunda mitad del siglo XIX se inició la expansión que tuvo como finalidad "hacer del océano Pacífico un lago americano", según expresión del presidente Teodoro Roosevelt, y establecer el predominio estadounidense en la zona antillana. Esta expansión territorial se efectuó mediante la expulsión de los indígenas y la compra o conquista, y fue lo que hizo que este país llegara a tener las dimensiones que posee actualmente. La colonización hacia el oeste se debió a que la población indígena que habitaba en esas regiones fue expulsada o exterminada casi en su totalidad. Entre los métodos empleados estuvieron los acuerdos o pactos entre colonos y comunidades indígenas, para que éstas cambiaran su residencia a nuevas tierras del oeste, con la promesa de que les serían pagados sus gastos. Muchas comunidades no recibieron ese pago y miles de indígenas murieron en el camino. Cuando las comunidades indígenas se negaban a abandonar sus tierras eran exterminadas por ejército y colonos, debido a la ambición de éstos por esos territorios y sus riquezas naturales. Los sobrevivientes fueron obligados a vivir en zonas reservadas exclusivamente a ellos, sin que pudieran salir de ahí.
Hacia la IndustrializaciónEn un territorio tan extenso como el de Estados Unidos la nueva tarea era aprovechar todas las oportunidades que éste les ofrecía, en actividades como la agricultura, ganadería, explotación de bosques y yacimientos minerales con materias primas como hierro, carbón y otros metales que podían industrializarse. La noticia de que en Estados Unidos había recursos naturales, grandes extensiones de tierra, además de libertad para vivir y trabajar, se difundió por todo el mundo. Millones de inmigrantes, procedentes de todas partes, colonizaron las extensas regiones. Los inmigrantes eran hombres rudos, hábiles trabajadores, confiados en su propia fuerza. Con las facilidades que dio el gobierno para colonizar, surgieron empresarios que mecanizaron el trabajo y pagaron buenos salarios. La industria empezó a desarrollarse; barcos de rueda transportaban pasajeros y mercancías por los grandes ríos; se fomentó la construcción de líneas férreas que, junto con compañías deslindadoras de terrenos impulsaron la colonización y el transporte de carga y pasajeros, principalmente en las grandes praderas y en el oeste norteamericano; se construyeron carreteras y ferrocarriles y mejoraron las comunicaciones con la introducción del telégrafo.
La guerra de secesión y sus consecuencias
Las diferencias entre los estados del norte y del sur, que se habían manifestado desde la época colonial, se acentuaron cada vez más; el norte había alcanzado un importante desarrollo industrial y comercial, la gente era progresista y liberal y quería erradicar la esclavitud; los trabajadores eran libres y percibían un salario, lo que atraía a más inmigrantes europeos. Con estas ideas se formó el Partido Republicano.
En cambio, en los estados del sur, las enormes plantaciones de tabaco, azúcar, arroz y algodón se mantenían con el trabajo de esclavos negros, por tanto, los terratenientes y grandes propietarios defendían la esclavitud y formaron el Partido Demócrata, que apoyaba esas ideas e intereses. La industrialización del norte necesitaba ampliar sus mercados para progresar y los esclavos del sur no ofrecían la posibilidad de adquirir bienes muebles o inmuebles, por no ser consumidores que permitieran la expansión comercial y capitalista; además de la falta de libertad y derechos, vivían en la pobreza. Las opiniones en contra de la esclavitud aumentaron, y eso perjudicaba los intereses de la clase terrateniente del sur. En 1860 fue electo presidente Abraham Lincoln, un hombre de origen humilde, ligado al pueblo, que había protestado cuando Francia agredió a México y le impuso un emperador europeo. Lincoln prohibió el surgimiento de nuevos estados esclavistas y el mercado de negros. Decretó que todos los hijos de esclavos que nacieran a partir de entonces serían considerados libres. Esta ley significaba prácticamente el fin de la esclavitud, en perjuicio de los dueños de las grandes plantaciones de los estados del sur, quienes proclamaron la secesión en 1861, es decir, su separación de la unión para formar una nación independiente y seguir explotando esclavos. El presidente declaró que la unión era indivisible, por lo que envió un ejército para obligarlos a seguir formando parte del país. Entonces se desencadenó una guerra civil en la que, como en todas las guerras, hubo muchas muertes, crueldad y destrucción. Triunfaron los estados antiesclavistas del norte, pues utilizaron mejor tecnología que se tradujo en armamento más efectivo. Dos años después, Lincoln decretó la libertad de todos los esclavos, y poco después se agregó a la Constitución un artículo que prohibió la esclavitud.
Los estados esclavistas del sur se repusieron de la destrucción del sistema económico y social que habían controlado, pero lograron imponer un sistema de discriminación racial que persiste hasta estos días, aunque en menor grado. Gran parte de la historia contemporánea de Estados Unidos ha sido protagonizada por la lucha en favor de los derechos civiles de los negros, las mujeres y la diversidad de minorías étnicas, entre las que destaca la presencia de latinos. Dentro de este último grupo se debe mencionar a los mexicanos, quienes en busca de mejorar su nivel de vida trabajan en ese país, aun de manera ilegal. Los estados del norte se industrializaron aún más. Se construyó el primer ferrocarril transcontinental y se introdujeron en el sur nuevos sistemas de producción. Después de la guerra de Secesión se logró la unificación y la paz entre los estados del norte y sur, y continuó la colonización del territorio. Se construyeron vías de comunicación como ferrocarriles, carreteras y canales; se inició una gran revolución industrial que permitió a Estados Unidos, al término del siglo XIX y principios del XX, la formación de las concentraciones industriales más grandes del mundo. Así surgieron empresas petroleras como la Standard Oil, automovilísticas y del acero, y grandes bancos como el First National Bank de Nueva York. La actividad industrial, bancaria y comercial se concentró en antiguas ciudades como Nueva York, Boston y Chicago. Los modernos sistemas de producción, como el maquinismo empleado en la industria y el transporte, propio del sistema capitalista, permitieron mejorar el nivel de vida de muchas personas, pero las épocas de crisis económica, también características del capitalismo, originaron serios problemas de miseria entre los obreros, por lo que éstos llevaron a cabo luchas continuas para elevar su nivel de vida. Una de las más importantes fue la huelga iniciada el 1° de mayo de 1886, en defensa de la jornada de trabajo de ocho horas diarias. Los principales dirigentes del movimiento fueron condenados a muerte y luego ejecutados, por lo que se les conoce como mártires de Chicago, ya que fue en esa ciudad donde ocurrieron tales acontecimientos. En conmemoración de esa lucha obrera se proclamó internacionalmente el 1° de mayo como Día del Trabajo; sin embargo, en Estados Unidos no se celebra en la misma fecha. Posteriormente esta nación recibió la inversión de fuertes capitales europeos que se interesaron en los sectores de la agricultura, industria, minería y fuerza de trabajo. Como país industrializado, Estados Unidos buscó mercados para vender su producción y adquirir materias primas baratas, circunstancia que lo colocó a la cabeza de los países de América, hasta el grado de controlar la mayor parte de los mercados latinoamericanos en la adquisición de materias primas como el plátano y el café, entre otros. El poder económico que adquiría Estados Unidos lo impulsó a competir con potencias europeas como Francia e Inglaterra, que poseían colonias en África, Asia y América. Para tener sus propias colonias, en 1898 Estados Unidos ocupó las islas Hawai, que eran grandes productoras de azúcar y estaban situadas en un lugar estratégico, que era paso obligado a Asia. En cuanto a Puerto Rico y Cuba, éstas seguían dependiendo de España y luchaban por su liberación, sin embargo, Estados Unidos consideró estratégica la posición de Cuba como paso hacia América Latina, así como su importancia en la producción de caña de azúcar. En consecuencia, aprovechó la lucha independentista de ambos países, los apoyó y declaró la guerra a España, derrotándola y obligándola a cederle Puerto Rico en América Latina, además de Filipinas y la isla de Guam en el Pacífico. Cuba obtuvo su independencia de España, pero Estados Unidos se reservó el derecho de intervenir en sus asuntos internos. Lo anterior constituye un ejemplo evidente de la política del "destino manifiesto", así como de la doctrina Monroe, que planteaba que América era para los americanos. Esto significaba la salida de los europeos del continente, el cual quedaba bajo la tutela exclusiva de Estados Unidos. Desde ese momento, los cubanos no pudieron librarse de la intervención norteamericana en sus asuntos internos. Sólo hasta 1959, con el triunfo de la revolución cubana encabezada por el comandante Fidel Castro, pudo romperse esa cadena de dependencia. Otro acto de expansión de Estados Unidos fue su apoyo a Panamá para que se independizara de Colombia y, posteriormente, comprarle a Francia el permiso y la maquinaria para terminar la construcción del canal de Panamá, que permitió comunicar a los océanos Atlántico y Pacífico, y evitó que los barcos tuvieran que rodear América del Sur.
Esta construcción presentó serias dificultades técnicas, pero pudo realizarse gracias al desarrollo económico de Estados Unidos y a los avances científicos y tecnológicos que ya se habían aplicado anteriormente en el canal de Suez, construido por los ingleses en Egipto. La construcción de una obra de esta magnitud requirió de fuertes inversiones financieras y de enfrentar grandes retos a la capacidad humana para transformar la naturaleza. La misma compañía francesa que construyó el canal de Suez inició la construcción del canal de Panamá, pero la terminó Estados Unidos en 1914.
El hecho de haber concluido la construcción del canal de Panamá le permitió a los Estados Unidos el derecho de cobrar un impuesto a todos los barcos que pasaran por él; además, consiguieron la franja de tierra que lo circunda. A partir de diciembre de 1999 el canal fue devuelto a Panamá por un acuerdo firmado en 1977 por el presidente Omar Torrijos y su homólogo estadounidense.
Desde el segundo tercio del siglo XIX, Estados Unidos interviene en los asuntos de países latinoamericanos y, simultáneamente con su desarrollo industrial, ha ejercido la política de expansión económica que lo ha llevado a conquistar mercados y fuentes de materias primas, primero en América Latina y después en todo el mundo, hasta convertirse en un país muy poderoso. Calidad 100% garantizada de información |
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